¿Juve, Veju, Jovu? La vejez intraducible 

¿Juve, Veju, Jovu? La vejez intraducible 

“Jayus”, es un sustantivo de origen indonés y hace referencia a un chiste tan malo que no te queda otra que reír. “Resfeber” es también un sustantivo, esta vez sueco, que describe el inquieto latir del corazón de un viajero antes de emprender un camino. “Ubuntu”, otro sustantivo de la lengua africana Bantú Nguni, en esencia significa encuentro mi valía en tí y tú la encuentras en mí. Los noruegos cuentan con el famoso nombre propio de “Utepils” que significa tomar cerveza al aire libre. “Yu Yi”, en mandarín es el anhelo de volver a sentir con la intensidad de un niño. Cada cultura, cada comunidad y cada persona tiene su propia paleta de palabras para describir, en muchos casos, emociones. En su libro “El poder de las palabras” el experto en neurociencias, Mariano Sigman, asegura que “descubrir y crear nuevas palabras es una de las maneras más efectivas de tomar el timón de la experiencia emocional”.

La vida es cada mañana

La vida es cada mañana

En el 2020 y 2021 impulsamos (gracias a la confianza en nuestro trabajo, de la Fundación Navarro Viola) la iniciativa VOCES MAYORES. El objetivo fue (y sigue siendo) visibilizar las vejeces reales, darle voz, y sobre todo hackear las ideas, representaciones, prejuicios que tenemos asociados a la vejez y a las vejeces. Ustedes saben de lo que hablo queridos y queridas envejecientes. No basta sólo con expresar una y otra vez la importancia de mirar y asimilar el proceso de envejecimiento desde un paradigma diferente al que nos trajo hasta aquí sino que también debemos pensar estrategias para que las personas mayores del presente; ¡sí! vos, ella, yo, él, nosotros, todos y todas, nos animemos a ocupar espacios que, creemos, no nos pertenecen.

El poder de las palabras
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El poder de las palabras

Tengo un amigo al que le gusta agendar encuentros para charlar. Él los llama “Cafés Creativos”. Se trata, nada más y nada menos, que de planificar momentos para hablar con otros, y así poder hablar con uno mismo. Hablar con otras personas en su hábitat natural (sin mediaciones tecnológicas) y estar predispuestos a escuchar y respetar lo que mi interlocutor/a tenga para aportar sin juicios o faltas de respeto, forma parte del arte de conversar y forma parte de un entrenamiento para aprender a escuchar y escucharnos.

Sobre vejez, flexibilidad y el portazo

Sobre vejez, flexibilidad y el portazo

Las personas tendemos a resistirnos a los cambios. Reconozco que no fue fácil asumirme como una mujer mayor. En un principio, cuando empecé a descubrir las huellas del paso del tiempo en mi cuerpo, me reía. La primera cana me robó una sonrisa con algo de nostalgia, un ja ja ja discreto y la tolerancia cómplice al típico comentario: “mami, ¡ya tenés canas!”. Hubo un tiempo en que me pasaba largos minutos frente al espejo estirando mis ojeras. En el mismo ritual trataba de convencerme de que la arruga junto a la comisura del labio era “de expresión”.

Hackeo, viejismo y orgullo mayor

Hackeo, viejismo y orgullo mayor

Quienes nos dedicamos al mundo de la vejez y de las vejeces ya estamos comenzando a pensar qué hacer, cómo aportar o contribuir a conmemorar el 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores (ONU). Seguramente a lo largo y ancho del país, organizaciones y personas promoverán diferentes actividades. Desde el Club de la Porota vamos a trabajar con la idea #hackeaelviejismo así como apoyar la propuesta impulsada por el Instituto Iberoamericano de Ciencias del Envejecimiento (InICiEn) y su fundadora la Doctora Graciela Zarebski, en declarar el 1° de octubre como Día del Orgullo Mayor.

La literatura

La literatura

El Gringo Ramia se sumó este año al equipo de El Club de la Porota. Su tarea, entre otras, es la de acomodar palabras, como quien arma castillos con naipes o edificios con rastis. Hace un tiempo, así como Félix suma comentarios de películas, él nos propuso sumar literatura al Club. La idea nos encantó, así que hoy nos regala este hermoso cuento que, en clave literaria, nos sumerge en la historia de su bisabuela y las raíces familiares que lo unen con la escritura. Ojalá les guste tanto como a nosotros. ¡Gracias Gringo querido! 

Porota.