Reencontrate, reencontrémonos

Somos los viejos y viejas del milenio.

Estamos atravesando nuestra vejez interpelados por la vorágine comunicacional, la revolución femenina y la diversidad sexual. 

Somos los viejos y viejas del milenio.

Estamos viviendo más años de los que vivieron nuestros abuelos. 

Estamos siendo testigos del envejecimiento poblacional y del fenómeno de la longevidad. 

Algunos dicen que ya no cambiamos, que vivimos enfermos, solos y deserotizados. 

Otros, que no podemos, que no queremos, que no debemos. 

No es cierto, pero tampoco resulta fácil. 

¿Acaso lo fue para nuestros padres, madres y abuelos? ¿Acaso lo es para otras generaciones o grupos etarios? ¿Vivir es algo sencillo? 

Se acerca fin de año; y con el fin del calendario gregoriano afloran un mar de emociones. 

Habitar nuestra vejez, abrazar el paso del tiempo, las arrugas y el paso lento resuenan cual mantras. Reencontrarnos con quienes somos, con esa imagen que nos devuelve el espejo es el gran desafío. Debemos volver a mirarnos a los ojos y hallar a los niños, los jóvenes y adultos que fuimos, pero, sobre todo, a la persona vieja que soy…

que somos…

que sueña, que crea, que promueve, que impulsa, que activa, que protege, que cuida, que trabaja, que sufre, que se enamora, que hace el amor, que potencia sus habilidades, destrezas, gustos y deseos. Que, si quiere, puede cambiar

Habitemos nuestra vejez. 

Reencontrate, reencontrémonos. 

Animate a pensar diferente, a salir de los lugares comunes, a preguntarte: 

 

  • ¿haberme jubilado es un impedimento para promover nuevas actividades o trabajar en algo diferente? 
  • ¿Por qué no volver a estudiar? 
  • ¿Me dejo las canas? 
  • ¿y si celebro las fiestas con los vecinos? Mis hijos tienen sus compromisos… 
  • ¿Y si me anoto como voluntaria, voluntario de la iglesia, del centro comunitario, vecinal o de jubilados?
  • ¿Y si rompo viejas tradiciones? 

 

Hay muchas personas mayores solas que necesitan una mirada, un gesto y una mano amiga. También hay muchos niños y jóvenes solos, confundidos, aislados, peleados con la vida. Ni hablar de adultos agobiados, cansados y sin aliento. 

¿Y si nos reencontramos con lo que tenemos, con lo que somos, con ese resto de humanidad que ¡seguro! arde internamente?,  ¿Con ese brotecito fértil que espera ser regado?

En estas fiestas, vos, vos y vos 

¡Nosotros! Los viejos, viejas del milenio … ¡Tomamos la posta! Estamos decididos a ser protagonistas; a reinventar nuestra vejez; a habitar nuestros días e interpelar los estereotipos que nos encorsetan. 

 

#REENCONTRATE

#REENCONTRÉMONOS 

 

Para que todos podamos vivir las fiestas en compañía de quienes elijamos, no de quienes debamos. 

SOMOS los viejos y viejas del milenio 

Estamos aprendiendo a envejecer y queremos hacerlo con vos… ¡envejeciente! de meses, de 5, 10, 20, 30, 40, 50 años. 

¿Nos acompañás? 

Si sos una persona mayor ¡vamos! tomá la posta y animate a ayudar, todos tenemos algo valioso para ofrecer. 

 

Si aún no estás habitando tu vejez, pero aún así envejeciendo, dejate interpelar, ayudar, por las personas mayores. No siempre somos los frágiles y desvalidos, a veces solo deseamos ser necesitados, vistos, registrados como personas.  

 

¡FELICES FIESTAS!

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