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Viejismo mediático y deseo erótico en la vejez

En la emisión del programa “Noche al Dente” y bajo el título de “Tips para abuelos al Dente”, en marzo de 2023 el conductor del ciclo, Fernando Dente, relató una suerte de instructivo sobre medidas a tomar para tener una mejor vida sexual en la vejez (“abuelitos” en el concepto del conductor). El listado de tips empezaba así:

“LIMPIAR BIEN LOS LENTES la persona mayor debe realizar esta acción para verificar que la pareja realmente esté en la cama, aludiendo a que, de lo contrario, estar solo, sería masturbarse y claro, al no tener lentes, no se darían cuenta si estaban teniendo una relación o una masturbación”. A este “consejo” le siguieron: “chequee que el bluetooth de su audífono esté conectado, recuerde desnudarse y en caso de consumar el hecho deje pasar un tiempo prudencial hasta volver a intentarlo. En lo posible entre un año y un año y medio”. Es mucho más violento verlo tal cual, en televisión, con música que se suma al unísono de la voz del conductor y del resto de los integrantes del programa que van comentando y riendo a la par. Organizaciones como ILC Argentina (International Longevity Centre) y la cátedra de la maestría en Derecho de la Vejez de la Universidad Nacional de Córdoba, entre otras, presentaron ante el Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación) un exhaustivo reclamo. A la semana siguiente  el conductor pidió disculpas. 

Los medios de comunicación reflejan, en cierto modo, las miradas, posturas, cosmovisiones de una gran parte de la sociedad. Ya lo reveló la Defensoría del Público de la Nación en un informe de junio de 2022 tras analizar 14.918 noticias de la televisión abierta (canal 13, Telefé, Canal 9, TV Pública y América, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires): “existe una presencia escasa y limitada de temas vinculados a personas mayores en las agendas de los noticieros. Solo el 1,1% de las noticias analizadas se refiere a esta temática”. En cuanto al tiempo de duración, remarca el informe que de las más de 680 horas visionadas apenas el 1,5% (10 horas y casi 20 minutos) fue destinado a los hechos relacionados a los grupos etarios de las vejeces. En la misma línea, se evidencia que la representación de las personas mayores está vinculada principalmente a casos policiales y a la información sobre salud y jubilaciones. O sea, no solo que las personas mayores no son prioridad en la agenda de los medios sino que además, cuando ocupan algún espacio, lo hacen en noticias policiales: “Deliencuentes le pegan a un abuelo para robarle”; de salud: “Comienza la campaña antigripal para los abuelos”; o jubilatorias: “Cronograma de pago a jubilados”. 

En este contexto, imaginar un abordaje con rigurosidad periodística resulta imprescindible. Hablar de la sexualidad y el erotismo en la vejez es una utopía cuya antítesis se vio reflejada en el programa de televisión antes mencionado: solo es posible hablar de la sexualidad en la vejez con ironía y un (mal llamado) humor. 

En el extremo opuesto al viejismo imperante, aparece Rosa Cattana. Una mujer mayor oriunda de Río Cuarto quien fundó la agrupación feminista “Arrugas más, arrugas menos” integrada por mujeres mayores que reclaman, a través del arte de la fotografía bordada, la visibilización de los cuerpos que envejecen, el deseo, que no desaparece con la edad y el erotismo que se reinventa, transforma y fortalece a lo largo de los años. 

El próximo 28 de setiembre, en la Noche de la Fotografía que impulsa el municipio de la capital alterna, Rosa, ex decana de la facultad de ciencias químicas de la Universidad de Río Cuarto (UNRC), redobla la apuesta con “Pecadoras” su segunda muestra de fotos, que a diferencia de la primera, “Viejas lindas”, no solo hace visible los cuerpos desnudos de mujeres mayores, sino que esta vez los exhibe deseantes y erotizados. 

Soy absolutamente consciente que llevará mucho tiempo hackear nuestros pensamientos viejistas, edadistas y gerascofóbicos (miedo a envejecer). Tenemos tanto miedo a envejecer que no solo tratamos de evitarlo (algo bastante tonto) sino que además tratamos de no mostrarlo. Cerramos los ojos bien apretados, tapamos nuestras orejas y gritamos lalalalalala para no hablar de cuánto nos interpela el paso del tiempo. Mientras tanto, nos reímos y somos cómplices del maltrato y de la mirada estereotipada y prejuiciosa. Total, viejo, vieja es ella, es él, son ustedes, ¿yo? ¡pues claro que no! 

Cierro con la voz de Rosa quien además es la flamante coordinadora del observatorio de Derechos Humanos de la UNRC: “Pecadoras es una serie de fotografía erótica bordada, donde las modelos son mujeres mayores. Esta vez estuve de ambos lados de la cámara, porque quise también poner el cuerpo y no solo la mirada. La intención de esta serie fotográfica, es plantear que las viejas también somos personas sexuadas, deseantes y que podemos ser deseadas. Y que somos diversas y que podemos encontrar placer en diversidad de prácticas sexuales. Claro que el título de la serie, Pecadoras, está puesto con ironía. Las mujeres de mi generación hemos sido educadas con la idea del amor romántico, de la culpa, de la mujer-madre, de la mujer-abuela, del sexo para reproducir. La sexualidad no se condice con la imagen de mujer mayor que predomina socialmente”. 

PECADORAS
¡Calla, mujer! me ordenan
No nos aburras más con tu lujuria
Vete a la habitación
Desnúdate
Haz lo que quieras
Pero calla
No lo pregones a los cuatro vientos.

Cállate. No hables más de vientres y humedades.
Era quizás aceptable que lo hicieras en la juventud.
Después de todo, en esa época, siempre hay lugar para el desenfreno.
Pero ahora, cállate.

Fragmento del poema “mujer irredenta” de Gioconda Belli

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