Trabajo: la Seto María, el Raúl y los trenes
Cuando el trencito de palabras se me escapa y, por más que corra por el andén, no logro alcanzarlo, trato, primero, de recuperar el aliento. Me siento en un banco de madera de esa estación desolada, miro las vías vacías, renglones sin vagones y silencio. Un perro ladra a lo lejos. No estoy completamente solo,…