La amistad a lo largo de la vida

Hay distintos tipos de amistad. Caracterizarlas requiere de cierta intimidad porque cada una se vincula con los demás en función de sus contextos, de sus gustos, deseos, preferencias y momentos. Me gusta creer que las personas a las que he llamado amigos, amigas a lo largo de mi vida, aun cuando ya no nos veamos o hablemos, hicieron de mí la mujer que soy. Le aportaron a mi ser algo propio que pude tomar y quedármelo para siempre. No me gusta encorsetar o medir la amistad, no hay mejores ni peores. Solo personas que llegan en un momento determinado, algunas se quedan, otras se detienen y otras pasan, te abrazan y se van. Hay amigos de un café, amigas de un WhatsApp, hay amigos grupales y también individuales. Hay amigas virtuales, las del taller de percusión, las de las vacaciones de verano, y porqué no la vecina de la vuelta, que de tanto cruzarla ya es amiga de un buen día, hola y adiós. Hay amigos que son familia, literal, familia. También hay amigos del dolor. Cristian es uno de ellos. Enviudó hace poco. 52 años junto a Catalina. Algunas tardes, mientras revuelve sin parar la cucharita plateada en la taza de una lágrima, me siento a escuchar cómo revive su tiempo con ella. El silencio es un gran aliado. Escuchar, asentir, callar. La amistad tiene su complejidad, es todo un arte. 

Hacer amigos en la vejez redobla la apuesta. Ya no es tan fácil, porque los espacios de encuentro y socialización no abundan; porque los pares nos van dejando o porque a veces ya no queremos conocer a quienes sabemos que en algún momento vamos a perder. Sabemos que, palabras más palabras menos, ser y hacer amistades, hace bien. Por eso, quiero compartirles un punteo de consejos para ir preparando los festejos del día del amigo/a y que el 20 de julio sea la excusa perfecta para tomar el toro por las astas y activar los vínculos que tanta energía nos aportan.

  1. Si sos de los que reenvía todo lo que te comparten por whatsapp, regalale a tu amigo 5 minutos extras y dedicale un texto o audio de voz especialmente para él o ella. Reenviar un saludo, o un meme que no ha sido pensado especialmente para “esa” persona, es algo frío ¿no te parece? 
  2. Si sos de las que espera ser llamada o tenida en cuenta, es momento de asumir un rol mucho más protagónico. Proponete ser la persona que activa y da el primer paso para saludar o gestar un momento de encuentro. Quienes organizan a veces se cansan de ser los pioneros, ¿por qué no tomar la posta? 
  3. Si sos de los que ya tienen todo planeado, fijate si esta vez no podés hacer alguna excepción y sumar a la reunión a una nueva persona que quizá esté necesitando hacer nuevas amistades. 
  4. Si sos de esas personas que prefiere estar sola antes de acompañada, que encuentra siempre una excusa para no salir (que el frío, que el calor, que el viento,etc.) o que creen que celebrar el día del amigo es sólo para jóvenes proponete, aunque sea por esta sola vez, salir, encontrarte con viejas amistades o hacer nuevas. ¿Podemos esperar que las cosas cambien si no hacemos algo para que ese cambio suceda?. 
  5. Si sabes de alguien que está solo o sola, que se siente solo o sola y que una sonrisa, un abrazo, un saludo o un gesto de amorosidad le cambiaría el día, pues entonces, ¿por qué no regalar un pequeño gesto? 

De paso les recordamos la gran tarea que impulsa la obra Madre Teresa de la Fundación Manos Abiertas. Personas voluntarias que se dedican a acompañar a personas en situación de soledad no deseada. Por consultas o solicitud de acompañamiento contactarse a los siguientes teléfonos: 0351 4235140 o al   WhatsApp 351 – 6512728. 

¡Manos a la obra envejecientes! 

Porota.

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