Nunca es tarde (la vida en tiempos de vejez)

Resulta que de repente devine en vieja. No sé cómo ni cuándo, pero el paso del tiempo irrumpió sin pedir permiso. Aquí estoy, tratando de conectar con la belleza de la vida más allá de lo que esta cultura piensa sobre mi condición de mujer envejeciente. Despojarme del relato y conectar conmigo misma y con este nuevo modo de saberme persona, logró que me congelara en este eterno presente. Porque la verdad… no quiero llegar a los 70 lamentándome no haber aprovechado los 60. A veces siento que perdí momentos valiosísimos sumida en la vorágine del hacer diario.

 

Muchos pensarán que ya es tarde para iniciar, comenzar, planificar nuevas cosas, pero lo cierto es que no me importa lo que otros crean. Y sobre todo, no me importa lo que yo crea que debo hacer según mi edad. Lo más difícil de lograr es justamente esa desmitificación de lo que uno mismo considera “correcto”. ¡Lo único que sé es que… “Nunca es tarde”! ¿Y si de repente dejamos de tener edad?, ¿y si de repente la noción del tiempo desaparece? Pienso que aceptaríamos la vida tal y como se manifiesta. Y así… las canas, las arrugas, el paso lento, las piernas cansadas y ese cuerpo en constante metamorfosis pasarían a ser amigos perennes, incondicionales y legales. ¡Sí! legales. Porque los legitimaríamos desde el primer momento sin negarles la posibilidad de tener el lugar que se merecen en el imaginario colectivo y sobre todo en el imaginario personal.

 

Es que cuando hablo de que NUNCA ES TARDE lo hago desde el lugar que me otorga mi condición de persona. Desde ese lugar que me pertenece por el simple hecho de estar viva. Desde ese lugar que elijo regalarme a pesar de los miedos y fantansmas que me habitan.

 

Sino… preguntale a Raquel quien tras divorciarse (después de 35 años de matrimonio) conoció a Raúl y hoy disfruta de una relación absolutamente libre y respetuosa.

 

Sino… preguntale a Susana, quien hoy disfruta tocando el tambor tras sumarse a Fuerza Mayor, el grupo de percusión creativa dirigido por Lukas Esquivel e integrado por más de 50 adultos mayores.

 

Sino… preguntale a Marta, quien tiene a sus tres hijos viviendo fuera, y gracias a eso perdió el miedo a viajar en avión.

 

Sino… preguntale a Elba, quien tras darse la oportunidad de volver a estudiar, dejó de reclamarle a sus hijos atención para ocuparse de su vida sin mediadores.

 

Sino preguntale a Oscar, quien después de jubilarse halló en su casa, en ese espacio desconocido del que se había alejado durante tantos años, un rincón para disfrutar de su esposa, sus nietos y del silencio de un lunes por la mañana, ocasión ideal para escribir esos poemas que jamás puso en papel.

 

Sino preguntale a Mabel, quien tuvo que trabajar tanto, tanto que se olvidó de disfrutar de sus hijos, y hoy con ese remordimiento a cuestas, sana conectando con sus nietos; jugando con ellos y explorando hasta donde somos capaces de llegar las personas cuando nos vinculamos con los demás sin importar la edad.

 

Sino preguntale a John, quien tras haber sufrido la pérdida de un hijo y enviudado hace tan solo seis meses, parece haber encontrado en su vieja pasión: el beisbol, un refugio desde el cual reescribir su historia.

 

Y así… no me alcanzaría el espacio para detallar tantos ejemplos que nos rodean y que ayudan a dar cuenta de la fortaleza que nos es propia, pero por sobre todas las cosas, que nos ayuda a reponernos y volver a empezar. La resiliencia, la voluntad, el deseo, la pasión, el amor, no son atributos inherentes a determinadas etapas de la vida. Sino más bien ejes transversales que guían nuestro paso por este mundo de un modo mucho más genuino y amoroso.

 

¡Vamos! Nunca es tarde.

Porota.

 

Aprovecho esta columna para invitarte al segundo encuentro del CLUB DE LA POROTA para personas que ABRAZAN LA EDAD. El próximo viernes 8 de setiembre a las 15hs. en Radio Nacional (Av. Gral. Paz esquina Rioja, Ciudad de Córdoba) La entrada es gratuita, sujeta al cupo de la sala. En la ocasión vamos a compartir con dos grandes referentes gerontológicos de Córdoba, Haydée Lenkiewics y Andrés Urrutia, una charla sobre…”NUNCA ES TARDE (la vida en tiempos de vejez)” Cerrarán el encuentro el grupo municipal de rePercusión social de adultos mayores, “Los Dueños de la Calle”. Todo esto bajo la coordinación de la periodista Sol Rodríguez Maiztegui ¡Te espero!

 

Porota soy yo, Porota sos vos, Porota somos todos

 

Porota.

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