Un agradecido de la vida
Alfredo Enrique Moretto nació en una localidad cordobesa llamada “San Marcos Sud”. Actualmente vive en la ciudad capital y tiene 63 años. Su voz mayor es un repaso breve por su vida, una serie de experiencias que lo convierten en la persona que es hoy. ¡Llegamos a la cuadrigésima voz mayor y te invitamos a leerla!
Un agradecido de la vida
Nací en San Marcos Sud, en un campo, chiquito, a 220 km de Córdoba, con quintas, frutales, animales de campo, paz y libertad.
Soy el cuarto hijo, después de tres hermanas mujeres y padres casi analfabetos, gigantes en amor, humildad y honestidad.
Ahí crecí, con muchos sueños. Y también ahí, hice la Escuela Primaria.
Toda mi familia, deseaba que yo estudiara, ya que ellos no lo habían podido hacer. Al terminar el Primario, fui a parar a un internado, de una ENET Nº1, estudiando “Técnico Mecánico”. Y así, un día me dejaron en Leones, pueblo vecino.
Ese día marcó mi vida para siempre, mis papis lloraban: Mamá, de felicidad. Papá, de tristeza. Mamá, porque iba a seguir estudiando como ella tanto anhelaba; Papá, porque se le iba su varoncito.
Mientras tanto, mi primer sueño comenzó: ingresé al Club de mi pueblo. En corto tiempo, logré debutar en primera división de la Liga Belvillense.
La nueva etapa comenzaba, la búsqueda del título terciario, formar una familia y tener un emprendimiento propio. Sueños muy grandes.
Trabajo, estudio, buenos y malos momentos. Época de dictadura, guerrilla, tiros. La superé como pude y avancé en mi carrera.
Extrañaba mucho a mi familia y novia, por esto volvía al pueblo todos los fines de semana. Así fue que, con 23 años y con mi bella novia, de 20… ¡¡¡¡¡Nos casamos!!! Dimos inicio a uno de mis sueños más importantes: el formar una familia.
Vida nueva, dos en uno. Solos en la gran Córdoba: Ciudad hermosa para pasear, difícil para vivir. El tiempo volvió a volar, y llegó el primer varón: Hermoso gringuito de ojos claros. Felicidad total, para nosotros y para toda nuestra familia. Serían tres varones al final: hoy tienen 37, 33 y 24 años. El mayor nos regaló una nietita hermosa.
Unos años después, mis papás lloraban otra vez pero de felicidad. Les estaba entregando el Título de Ingeniero Mecánico Electricista.
Con el tiempo, y mucho esfuerzo, formé una PyME metalmecánica. Otro sueño logrado que logré sostener por 23 años. Hoy soy Monotributista.
A los 63 años puedo decir que aunque no ha sido fácil he logrado muchos “SUEÑOS” cumplidos. A pesar de todo y de la actual pandemia, soy un agradecido de la vida, y vivo el día a día como si fuera el último.
Alfredo Enrique Moretto, 63 años.
Córdoba