Jugar a lo grande
Con mi abuela Sarita compartí memorables tardes en mi infancia. Fue quien me enseñó la mayoría de los juegos de naipes que hoy llevo en mi valija lúdica como recreóloga. Los encuentros en su casa tenían magia, te recibía con el mantel puesto sobre la mesa a cuadrillé blanco y rojo, las tostadas de pan…